¿Hace cuánto no te veo?

Diego ArGo
7 min readApr 22, 2022

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El networking. Me convencí de ir por el pinche networking. Uno nunca sabe las oportunidades que se pueden perder solo por ser un huevón. Según el GPS llegaba en cinco minutos y empezaba a darme cuenta que lo del networking era mamada. ¿Con quién iba a hacer networking? ¿Quién me iba a publicar? Todos eran ingenieros, financieros, trajeados, godínez aburridos. Cosas así. Ximena se había convertido en chef. De la pizzería vegana, esa de la Roma… Networking, esas son mamadas.
Una reunión de la prepa. ¿Por qué hacemos reuniones de prepa? A la larga nadie termina acordándose de la prepa, es solo un rito pasajero. ¿No? O bueno… tal vez yo soy el único que lo ve así. Los del equipo de fútbol se siguen etiquetando en Instagram. No mames. Qué hueva… nunca se superaron. Seguro la idea fue de ellos. Sí, fue de ellos. Si no, ¿quién más pondría un salón de convenciones de un hotel caro del Centro para una reunión de prepa? Obvio los del fútbol. Mamones.

— Bienvenido. ¿En qué puedo ayudarlo?

— Sí. Hola. Esteeem… vengo a la reunión de mi prepa.

¿Por qué se me queda viendo como pendejo? Muy fácil señor, solo hay una reunión de prepa en este hotel. No mames.

— Reunión del Enrique VIII.

— ¡Ah! Por supuesto. Sí. En el salón del fondo. Bienvenido.

Sí, en el del fondo. Ahí esta Manuel hijo-de-su-re-chin…

— ¡No mames! ¿Luisiño? Ahuevo, obvio eres Luisiño. Pinche barba que te cargas güey.

— Hola Manuel. Luis está bien.

— ¡JA! Pinche Luisiño. Qué bueno que viniste güey. Con eso de que ahora eres famoso, jamás pensé volver a verte.

— No soy famoso. ¿Vino Ximena?

— ¿Quién? No, espérate. Ya dimos el viejazo güey. Te tienes que poner de las etiquetas con nombre pa’ que te reconozcan, somos un chingo.

El cabrón agarró la etiqueta, escribió “Luisiño” y me la pegó en el pecho.

— De verdad qué gusto verte güey. Cuando te dieron el premio ese… el… ¿cómo se llamaba? El Guaraguara…

— Alfaguara.

— Esa madre. Le dije a mi vieja, no a Ale… otra, a esta no la conoces. Le dije: Yo conozco a ese güey. ¡Siempre le ganaba en fut!

Pinche risa culera. Manuel sigue siendo el mismo idiota que siempre. ¿Y si me voy? ¿Y si me voy, en serio?

— ¿Sigues escribiendo güey?

— Em… sí, eso intento.

— Yo ando en banking güey. Una fintech chingona. Es que no sabes lo importante que se ha vuelto el crypto. Si quieres…

— ¿Vino Ximena?

— Híjole güey. La neta no sé, pero vi a tu novio por ahí.

Otra vez esa risa. ¿Sabrá que suena a foca fumadora?

— ¿Viste a Paco?

— Ajá. Allá al fondo. Güey ¿hace cuánto que no te veo?

— Em.. ¿Seis años? No sé. Ahorita te veo.

Pinche Paco. Me dijo que no iba a venir y aún así me aventé. Por lo menos hay un bote salva vidas. Efectivamente está al fondo, con Romina. No mames Romina. ¿Qué será de Romina? No importa. Por eso vine, pa’ ver a Paco, ¿no? Amigos desde chiquitos.

— Bendito sean los ojos que te miran… ¿Luisiño? JAJAJA.

— Pinches Manuel y su etiqueta. Hola Romina. Paco, cabrón, me dijiste que no ibas a venir.

— Porque pensé que no ibas a venir güey.
— ¡Luis! ¡Felicidades por el premio! ¡Qué padre!

— Gracias, Romina. Pos si por eso te pregunté pendejo.

— Cabrón… hace seis meses no nos vemos. Era irrelevante quién venía y quién no.

— Oye y el libro buenísimo, eh. Me encantó. Es tan raro, pero tan…

— Romina… el libro es una mierda. ¿Ok? Tú lo sabes, Paco lo sabe… Chale… seguro hasta Manuel lo sabe.

— No mames güey. Manuel no sabe leer.

Los tres reímos. Por eso quiero a Paco. Es ocurrente y aunque nadie daba… nadie da, un peso por él, no le importa. Sigue haciendo los mejores comentarios. La risa de Romina suena a la cafetería, a los descansos después de los exámenes del Doc.

Espera, no, no me voy a poner nostálgico. Es una mamada. Pinche prepa. Pero puedo ser amable… creo. Sonríe Luis…

— Romina, ¿qué es de tu vida?

— Ay pues ya sabes, nada de lo que esperaba. Pero padrísimo.

— ¿Ajá…?

— Sí. Estoy en banking…

No mames… Estem. Perdón. Paco, ¿podemos hablar un segundito?

— Eeeem. ¿Sí?

— Ahorita te vemos Rom.

No mames. Se llaman bancos, en español. ¿De aquí a cuándo los bancos son verbos? Mamones de quinta. Qué hueva.

Por lo menos no he visto a Andrés con sus fantasías de músico profesional.

— Pinche Luis güey. La interrumpiste cuando estaba bien emocionada contándote del “banking”. JAJAJAJA… no mames “banking”. Pensé que se iba a casar con Pedro. Los caminos de la vida…

— Ajá… ¿Vino Ximena?

— ¿Neta?

— ¿Qué?

— Güey… a ver. Número uno: No tengo ni puta idea. La generación es de 300, chance vino. Chance ya se fue, llegaste tardísimo. Número dos: No mames que por eso viniste.

— No vine por eso. Vine por networking.

— No mames. ¿Quién te va a publicar? ¿Romina y su “banking”?

— Güey. Manuel disque también está en “banking”.

— Ya sé, güey… pero, a ver. ¿Ximena? ¿Neta?
— Vine a verte a ti güey.

— No mames Luis. Me marcas y nos vemos en otro lado menos miserable. Y además a mí solo me ves cuando quieres escupir tus ideas raras.

— Ok. Sí. Estem… vine a… recordar güey. Generación 2016 del Enrique VIII. What a concept!

A Paco en serio lo quiero. Es el único güey que me ha entendido toda la vida. Lo mejor es que no se ofende cuando me desparezco.

— Además ella es capricornio güey.

— ¿Y?

— Tú, acuario. Nunca va a funcionar.

— Güey, no le entiendo a tus estrellas.

— No son estrellas, son signos. Pero mira, si Ximena viene pos viene y ya haces lo que quieras. Vamos a hacer “networking”. Ve, ahí está Ale, la única interesante del lugar.

Ale. Me la encontré una vez en el evento mamón de slam poetry. Seguía con Manuel. ¿Por? Lo malo es que tenía talento y se quedó en Recursos Humanos… creo.

— ¡Señor Alfaguara! ¿Qué onda? Te va bien esa barba, eh.

— Güey. Tu ex hace “banking”.

— Ay… guácala. Ni me digas. Casi no vine por solo no verlo a él. Pero bueno, quería recordar. Ya saben… los exámenes del Doc.

— No mames los del Doc sí estaban perros.

— Güey, cállate Paco. ¿Sigues en Recursos Humanos?

— Sí, pero no. O sea… contacto artistas emergentes para conectarlos a galerías mamonas. Ya sabes… ahora soy banda de la Roma.

Chale. Hasta los artistas son recursos humanos. O bueno… sí, pero no.

— ‘Ta chido.

— Seh. ¿Tú? ¿Ya cae el siguiente libro? El del premio la neta estaba malón. Nah, nah. — Su risa es un poco menos horrible que las demás — No te creas.

— Una mierda. Lo odio.

— Güey pinche Luis. Le encanta decir eso, pero sabe que es una joya.

— Jeje. Romina se cagó cuando se lo dije.

— Aw. Pobre.

— Seh… pero bueno, no escribo una puta palabra desde que se publicó ese.

— Bueno, a todos nos pasa.

— Nop. Solo a mí.

— Qué hueva Luis. Por eso no te veo nunca. Siempre en tu vaso de güisqui depresivo. Ale, no le hagas caso.

Pinche Paco. El único que dice la verdad.

— Oye Ale. ¿Vino Ximena?

— ¿Cómo?

— Ajá… o sea… ¿vino? ¿O ya se fue?

— Jeje. Pinche Luis. Ya lo conoces, literal vino por eso.

Sí. La neta sí. A eso vine. Porque en siete años solo he pensado en Ximena. Ella era la única que sabía lo que quería. La única que me hacia sentir sincero, que me hacía sentir yo.

A la mierda el networking. A la mierda Paco. A la mierda la prepa. Vine por ella. Aún recuerdo cuando se despidió de mí, con el beso más beso de los besos. Aún recuerdo cuando se reía de mis chistes ñoños. Y si nos separamos fue por las mentiras de la universidad y promesas de una nueva vida. Pero yo sigo siendo yo y Ximena sigue siendo ella, ¿no? Benditas flores… las flores que me mandó cuando gané el premio fueron las únicas importantes.

Y sí, ya sé que la cagué cuando dejé de contestarle. Cuando me preguntó si nos veíamos. Pero yo estaba con el libro y… chingado. No estaba en la pizzeria vegana esa de la Roma hace tres meses. Seguro abrió un restaurante bien chingón en Italia y por eso no vino. Seguro tiene una mejor vida. Por lo menos mejor que la mía.
Pero yo sí vine y vine a verla a ella. Y decirle que ahora sí. Que no hay libro, que no hay premio. Que solo nosotros. De verdad, ya no desapareceré en mis estupideces. Solo nosotros.

Sí, a eso vine. Y estoy dispuesto a chutarme a 132 Manueles por platicar solo un rato con ella. Con Ximena. Ojos miel.

Ojalá sí esté. Si ya se fue, la voy a buscar. Chingue a su madre todo lo demás.

— Cállate Paco. Pero sí. A eso vine. Tons, ¿vino?

— Luis…

— Si no pásame su contacto, ¿no? El que tengo ya no jala.

— Luis… Ximena murió el año pasado. Se… se suicidó. Mande toda la info del velorio al grupo de WhatsApp. Hasta se me hizo raro no verte ahí, pero entiendo que estás muy ocupado, o sea no pasa nada…

— Verga. No sabíamos. No estamos en ese grupo desde hace años… ¿Luis, estás bien?

………

A eso vine. Por ella… por Xime.

¿Se suicidó? Se… no.

¿Qué?

Ella…

¿Y si me voy? ¿Y si me voy en serio?

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Diego ArGo

Escribo para encontrarme. Gracias por detenerse en este pueblito que es mi imaginación. @argodiego